SUNAFIL MÁS DE LO MISMO EN MATERIA DE FISCALIZACION
Las ventajas que el Estado otorga a la Informalidad
El día 25.02.2014 en el diario el Comercio, sección PORTAFOLIO, ha sido entrevistado el Sr. Aldo Ortega, Superintendente de La Superintendencia Nacional de Fiscalización Laboral (SUNAFIL) realmente no estamos sorprendidos con lo declarado por este funcionario, estos organismos serán más de lo mismo, duro con los formales o cuasi formales y blandos o ineficientes contra la informalidad pura.
Para empezar su tarea, el Superintendente, ha clasificado a los empleadores incumplidores de la las normas laborales en dos categorías: la sub-informalidad y la informalidad, donde los primeros son aquellos que están dentro de la formalidad, es decir cumplen con los requisitos establecidos en la norma laboral, tienen autorizaciones y llevan los registros respectivos, pero en la práctica mantienen aún algunas conductas propias de la informalidad; en tanto que los segundos, son aquellos que están totalmente desvinculados con las instituciones del Estado, no tienen autorizaciones, ni permisos, ni llevan registros, es decir son aquellos a los cuales se le denomina la informalidad pura, están al margen del Estado, no olvidemos que en estas condiciones se han generado grandes fortunas en casi todos los sectores de la economía nacional.
EL periodista que lo entrevista, pregunta sobre la tarea y la estrategia que SUNAFIL aplicará contra estos grupos de empleadores, para que su condición de incumplimiento no permita que la informalidad y la sub informalidad se convierta en un factor de competencia en contra de los empleadores que si cumplen con las reglas que le impone el Estado, el Sr. Aldo Ortega responde de la siguiente manera:
“¿Qué harán por ellos?
Para atacar la sub-informalidad, estamos viendo el porcentaje de omisión a la planilla electrónica. La idea no es ir a las empresas por ir. No tiene ningún sentido hacerlo porque hay tan pocos inspectores en el país que no se puede desperdiciar este recurso. Y, como producto final, tendremos una base de datos de las empresas con indicios de infracción, esa información será transferida a las regiones para que las intendencias regionales programen las visitas.
¿Y con el otro rubro?
Con el gran grupo de la informalidad pura, tenemos la misma restricción que cualquier otro fiscalizador porque cómo multamos en un sitio donde no hay nada, ni RUC ni licencia de funcionamiento, ¿a quién multas en realidad?, ¿a quién le exiges el cumplimiento de la norma? La informalidad es un tema bastante complejo y no le corresponde a un solo sector atacarla, tiene que haber una estrategia de país.”
Con estas respuestas es más que suficiente, para afirmar que SUNAFIL va privilegiar las visitas de inspección sobre los empleadores que ya cumplen con las normas o contra aquellos que por lo menos tratan de cumplir sus pesadas obligaciones laborales, de salud y de seguridad; es decir, quienes están más cerca de la formalidad laboral serán los primeros a los cuales los inspectores tienen en mente fiscalizar, cuando la lógica nos debe llevar actuar de otra manera, que vayamos empujando a que todos cumplan con las reglas mínimas, para posteriormente seguir elevando la valla de cumplimiento, como una manera de ir logrando metas para incluir a todos en el cumplimiento de las normas laborales, seguridad y salud, por supuesto, esto jamás está en la mente de quienes ejecutan políticas públicas.
En tanto la informalidad pura, aquella que no cumple ninguna norma laboral o social, que no está nada visible para el Estado, seguirá siendo el problema y responsabilidad de todo el País pero de ninguna manera de SUNAFIL. Para nadie es un secreto que la informalidad es un problema complejo y de contenido social, por eso esta como está, elevada al rango de inatacable por los distintos Ministerios y órganos fiscalizadores, con la finalidad de evitar el conflicto con estos grupos informales en los diferentes sectores de la producción y los servicios ( se tiene la pérfida idea que son electores que podrían ser sus votantes del futuro) que hagan lo que quieran; para que el Ministro no sufra los embates de los colectivos informales, van debilitando institucionalmente todos los órganos fiscalizadores, la fiscalización se vuelve voluntaria y obligatoria a la vez, voluntaria para los informales puros y obligatoria para las empresas formales o sub informales.
Pero la cosa no queda allí, cuando se dan cuenta que han perdido toda legitimidad para encaminar un proceso de fiscalización de las actividades productivas o de servicios, viene la propuesta de solución, crear organismos fiscalizadores con cierta autonomía con el Ministerio, algo así como el fusible que avisa para que el conflicto no llegue a la Oficina del Ministro del Sector; por eso que en el transporte terrestre de pasajeros y carga, un sector con alta incidencia de fallecidos y heridos se ha creado SUTRAN, de la misma manera en materia laboral al haber un excesivo incumplimiento de los créditos laborales y las normas de salud y seguridad, por avance de la informalidad se ha creado SUNAFIL.
Como vemos estos organismos netamente fiscalizadores, han tenido como propósito combatir la alta informalidad que existen en todos los sectores productivos, no hay otra razón por la cual se ha llegado al extremo que los Ministros de Trabajo y Transporte se hayan quedado con las funciones públicas de regulación y gestión, pero hayan abdicado de la función de fiscalización a favor de un organismo autónomo lejos de la burocracia ministerial, olvidando que la sinergias que otorga un órgano que englobe todas las funciones de gestión, regulación y fiscalización son mucho mayores que crear varios organismos independiente al mando de una sola función.
El Sr. Aldo Ortega no ha entendido el propósito y objetivo de su recién creado órgano fiscalizador, él quiere seguir haciendo lo mismo de siempre, solamente visitar e inspeccionar aquellas empresas que tienen autorización, que están registradas en los ministerios y la SUNAT, los demás empleadores que no tienen RUC, que no señalan domicilio, que no se les puede ubicar, esos empleadores considerados informales puros, ese no es su problema, ellos seguirán haciendo lo que siempre han hecho antes y después de la existencia de SUNAFIL, nada contra ellos.
Las empresas de transporte terrestre de pasajeros, ya tienen la experiencia con la creación de SUTRAN, su presencia no ha impedido que la informalidad tome ribetes de escándalo, que los informales con su violencia y con la protección política de varios Congresistas, ha generado su crecimiento de forma abismal, peor aún la regionalización ha resultado el mejor aliado para este crecimiento, por cuanto la informalidad tiene una acercamiento más directo con las regiones y hace uso de su fuerza y de la bolsa que contiene los ingresos negros; un país con una regionalización mal gestionada como la nuestra, los órganos fiscalizadores de ámbito nacional terminan por naufragar en este esquema de autonomía administrativa y económica, la cual es entendida por los caciques locales como una autarquía regional (sino miremos como esta Madre de Dios captado el gobierno regional por la minería informal, hasta el Poder Judicial se quiso pasar al bando de la minería informal).
Al final, la especialización que tiene SUTRAN de solamente fiscalizar, dicha labor la ha concentrado en las empresas de ómnibus formales cuyas rutas se vinculan con la capital, las demás empresas o rutas entre regiones se ha vuelto imposible de fiscalizar, la falta de recursos materiales y humanos hace imposible que pueda cubrir el control o fiscalización de los informales en todo el país, al final tampoco es su lucha prioritaria, los informales es responsabilidad de todo el país pero de ninguna institución en especial, como lo dice el Sr. Aldo Ortega.
Por consiguiente, con SUNAFIL todo esto que se ha dado en el transporte terrestre, tendrá el mismo camino, una fiscalización dirigida a las empresas formales, duro con las conductas sub informales, pero cero de acción contra la informalidad pura, para qué si no tienen RUC, no se las puede ubicar, si se las multas no hay forma de cobrar dichas multas, para que tanto esfuerzo, sin con menos trabajo sobre las empresas formales, con algunas multas sobre ellos, el Superintendente puede salir a los medios de comunicación y decir : “como ven estamos trabajando”, mientras tanto la informalidad seguirá creciendo en el Perú, hasta que se convierta en imposible de manejar, sino miremos como el gobierno en estos días ha sufrido más de la cuenta con los mineros informales debido al crecimiento de su número con el paso de los años.
La desconfianza que despertó en los empleadores desde que tuvieron conocimiento de la creación de SUNAFIL, no ha sido una actitud prejuiciosa al contrario saben que las inspecciones solamente recaerán en las empresas visibles y que estas multas más que sobre incumplimientos reales, tendrán un origen en incumplimientos formales establecidas en las normas laborales, en razón de que todo organismo eminentemente fiscalizador sus trabajadores miden más la eficacia que la eficiencia de su trabajo, por tanto las visitas de inspección siempre dejarán un acta con alguna propuesta de infracción, por cuanto quien no coloca alguna seguramente no está trabajando, de acuerdo a la lógica de un organismo eminentemente fiscalizador.