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El chofer del transporte público de pasajeros: Entre el subempleo y el empleo decente

Publicado: 2011-09-05

Que hacer con una gran masa de conductores del transporte público que actualmente no responden a las necesidades de un servicio que se debe prestar con seguridad y calidad, y, lo que es peor, tiene una grave resistencia estructural de no aceptar cambios en su desempeño como tal. Se tiene el concepto erróneo que la responsabilidad es unitaria, la empresa es la que debe responder por la aptitud y el compromiso de los conductores que operan sus unidades, caso contrario deben salir del mercado, los medios de comunicación lo repiten hasta la saciedad.

Asumamos que dicha tesis sea verdad, sin embargo la realidad que te ofrece el transporte urbano en la ciudad de Lima (un análisis que engloba también a las grandes ciudades de provincias) respecto al tema empresarial, contradice las bases sobre las cuales descansa dicha conclusión; que le reporta al conductor el sistema de transporte actual: un empleo o un subempleo.

En primer lugar, vamos a encontrar, por lo general en un 80%, los dueños de la operación del transporte no son las empresas, éstas simplemente son afiliadoras, tampoco lo son los dueños individuales de las unidades de transporte, éstos ceden el uso de sus unidades a cambio de una remuneración fija o porcentaje del ingreso diario, es el chofer quien asume la responsabilidad por brindar un servicio de seguridad y calidad.

El chofer que simplemente debe conducir la unidad, se ha convertido en el gran remunerador, paga los gastos de afiliación y los costos administrativos de mantener vigente la habilitación de la unidad, paga el arriendo al propietario, remunera al cobrador, y por supuesto las sumas hundidas que le exigen sus fiscalizadores (llámese GTU y Policía) esto los lleva a competir no solo con las demás empresas y sus respectivos choferes, sino también con los conductores de su propia empresa afiliadora, la finalidad, al llegar la noche le quede algún ingreso luego de asumir todos los costos de la operación de la unidad, más que un empresario es un subempleado.

Con semejantes obligaciones que asume el conductor del transporte público en la ciudad de Lima, resulta sencilla la explicación el porqué de su pésimo comportamiento y aptitud al conducir la unidad, sobre la cual transporta vidas de la peor manera, por supuesto que este sistema no responde a ninguna informalidad, es un sistema institucionalizado, descansa en las sucesivas ordenanzas municipales que han venido regulando el transporte público de Lima.

Por otro lado, la licencia de conducir del chofer no la habilita la empresa, tampoco los gobiernos locales, es el gobierno nacional a través del Ministerio de Transporte, certifica que el chofer se encuentra preparado para conducir vehículos sobre los cuales transporta personas de manera pública, es el Estado quien lo inserta en el mercado laboral.

En el caso hipotético que lográramos sacar al conductor de este sistema institucionalizado que lo obliga a guerrear diariamente cada centavo y ser de facto el responsable de la operación de transporte, y, lo sumergimos en otro sistema donde solamente debe conducir las unidades, recibir todos los beneficios de ley, gozar de las leyes sociales, conducir y descansar según las jornadas mínimas y máximas, es de seguro que vamos a recuperar al conductor tanto en aptitud como en el comportamiento, sino me creen miren el sistema del Metropolitano, los choferes son verdaderamente empleados de la empresa.

Este sistema con sus carriles exclusivos ha separado al conductor de la selva que representan las demás empresas, incluso hay empresas que son propietarias de la concesión del Metropolitano y a la vez propietarias de otras rutas en la ciudad, sin embargo, le es difícil cambiar la aptitud y comportamiento de sus choferes de estas otras rutas. En el Metropolitano los usuarios se pueden quejar de lo difícil que es acceder a un espacio para viajar, pero del chofer jamás, es más el usuario ni contacto tiene con él, ni que se diga del cobrador, es una máquina electrónica.

Podemos seguir afirmando que la mala aptitud y el pésimo comportamiento del chofer del transporte público tiene como única responsable a la empresa, es evidente que no, hay más responsables en especial los reguladores y los proveedores de la infraestructura pública para transformar todo el sistema, es decir los gobiernos locales y el gobierno nacional, quienes tienen que hacer lo suyo, lograr que el sistema de transporte público rechace el subempleo en que vive el conductor, sino jamás tendremos un servicio de transporte de pasajero de calidad o seguridad .


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luisfloresfernndez

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